

Tipos de administración: cómo saber cuál te conviene a ti (y a tu equipo)

02 June, 2025
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Hablar de tipos de administración suena aburrido... hasta que te das cuenta de que es clave para que todo funcione. Lo sé, el tema no suena tan emocionante. Está en la misma categoría que leer letras chiquitas o ver cómo se seca la pintura. Pero aquí va la verdad: el estilo de administración que uses puede hacer que un equipo crezca... o que se desmorone. Y cuando entiendes cómo lideras, tu día a día se vuelve mucho más fácil.
Los tipos de administración no son más que las distintas formas en las que una persona dirige, toma decisiones y mantiene a su equipo avanzando. Hay estilos muy presentes, que supervisan cada detalle, y otros más sueltos, que confían en el equipo y dan libertad. Sea cual sea el estilo, impacta desde la forma en que las personas se comunican hasta cómo se sienten al empezar su jornada laboral.
¿Y por qué importa? Porque liderar no es solo hacer que las cosas se hagan. Es cómo se hacen. Un buen estilo de administración mejora la productividad, mantiene al equipo comprometido y crea una cultura laboral en la que la gente quiere estar. Uno equivocado convierte cualquier tarea en una cuesta arriba.
Cada situación necesita un enfoque distinto. No es lo mismo guiar a un equipo nuevo que resolver una crisis con plazos ajustados. A veces eres entrenador. Otras, árbitro. La flexibilidad no es un lujo: es lo que mantiene todo en movimiento.
No existe una fórmula mágica para administrar. Pero si conoces los tipos de administración y eres honesto contigo sobre tus propios hábitos, empezarás a tomar mejores decisiones. Sabrás cuándo intervenir, cuándo confiar, y cuándo dejar que el equipo fluya mientras tú vas por otro café.
Un cruce de caminos es como elegir caminos de liderazgo
¿Qué son los tipos de administración?
Elegir un estilo de liderazgo es como llegar a una a la división de un camino. Hay varias rutas, y cada una lleva a un destino distinto.
Los tipos de administración son, básicamente, las distintas formas en las que una persona lidera a su equipo. Desde cómo organiza, motiva y da dirección, hasta cómo toma decisiones y pone todo en marcha. Hay quienes se involucran en cada detalle, y quienes prefieren soltar un poco el control y dejar que el equipo avance por su cuenta. Unos se enfocan en lograr metas; otros, en mantener al equipo motivado y feliz. Todo eso se refleja en el ritmo del trabajo diario.
Entender los diferentes tipos de administración es importante porque no hay dos equipos iguales. Lo que hace que uno funcione puede bloquear por completo a otro. Un buen líder conoce su estilo. Uno excelente lo adapta según a quién esté guiando. Esa flexibilidad es clave para que el equipo se mantenga fuerte y avance con claridad.
Tu estilo de administración impacta en todo:
- En cómo defines metas y expectativas
- En cómo involucras al equipo en las decisiones
- En cómo das (y recibes) retroalimentación
- En cómo enfrentas los conflictos cuando aparecen
Un estilo que se adapta al equipo genera mejores resultados, más energía y motivación. Uno que no encaja bien... trae confusión, frustración y, con el tiempo, renuncias.
Entender tu estilo no es encasillarte. Es tener claridad sobre cómo lideras, en qué te va bien y en qué puedes ajustar. Cuando te conoces como líder, creas una cultura de trabajo que no solo cumple objetivos, sino que crece, se fortalece y deja huella.
Un menú es como opciones de liderazgo para escoger.
Tipos de administración más comunes
No existe una única forma correcta de liderar un equipo. Lo que funciona en una empresa puede ser un desastre en otra. Depende del tipo de industria, de la personalidad del equipo y hasta del reto puntual que tengas ese día. Conocer los tipos de administración más comunes te ayuda a identificar cuál se parece más a ti… y cuándo vale la pena cambiar de estilo.
Algunos estilos se basan en el control total y las decisiones rápidas. Otros se apoyan en la colaboración, el consenso y la resolución conjunta de problemas. También están los que dan libertad casi total y solo intervienen si es necesario. Cada uno tiene sus ventajas, sus riesgos y sus momentos ideales para brillar.
A continuación te explicamos los tipos de administración que más se usan en el mundo empresarial, desde los más tradicionales hasta los más flexibles o mixtos, con pistas para saber cuándo aplicarlos y en qué tener cuidado.
Un capitán de barco es como un líder decisivo.
Tipo de administración autocrático
Este es el estilo clásico de arriba hacia abajo. El o la líder toma las decisiones y el equipo ejecuta el plan sin demasiadas preguntas. Si te preguntas qué es la administración autocrática, imagina a alguien que marca el rumbo, da las órdenes y espera que el equipo avance sin discusión. Toda la autoridad , y también toda la responsabilidad, está en sus manos.
Cuando se usa bien, este estilo puede ser muy efectivo. Las decisiones se toman rápido. Cada persona sabe qué hacer. Los procesos se mantienen bajo control. Pero también tiene su lado débil: la motivación baja, la creatividad se apaga, y con el tiempo se forma un equipo que solo sigue instrucciones, sin cuestionar nada.
Cuándo funciona mejor:
- En situaciones de crisis donde hay que actuar rápido, no discutir
- En organizaciones con jerarquías muy claras
- Cuando lideras equipos nuevos o sin experiencia
- Cuando un error puede costar mucho y no hay margen para improvisar
Este tipo de administración no es para todos los contextos. Pero cuando el momento exige decisiones firmes y dirección clara, puede ser justo lo que el equipo necesita para avanzar sin desviarse.
Una reunión de mapas es como la toma de decisiones en equipo.
Tipo de administración democrática
Este tipo de administración gira en torno al trabajo en equipo. Las personas que lo aplican invitan a su equipo a compartir ideas, dar retroalimentación y participar activamente en la toma de decisiones. La última palabra sigue siendo del o la líder, pero el camino hasta llegar ahí se siente más como una conversación que como una orden.
Usar un estilo de administración democrática suele mejorar de inmediato el compromiso del equipo. Las personas se sienten escuchadas, valoradas y con un lugar real dentro de las decisiones. Cuando sabes que tu voz cuenta, es más fácil dar lo mejor de ti, colaborar con otros y cuidar del proyecto como si fuera propio.
Cuándo funciona mejor:
- En industrias creativas donde las ideas frescas son clave
- Con equipos experimentados que tienen mucho que aportar
- En culturas organizacionales que valoran la comunicación abierta y la innovación
- Cuando uno de los objetivos es fortalecer la confianza y la moral a largo plazo
Este estilo requiere más tiempo y paciencia, pero cuando se aplica bien, genera ideas más sólidas, equipos más unidos y un ambiente donde las personas quieren quedarse.
Un jardín salvaje es como el trabajo en equipo libre que crece.
Tipo de administración laissez-faire
Este estilo es el más relajado de todos. Las personas que lo aplican prefieren no intervenir demasiado. En lugar de supervisar cada paso, dan libertad total al equipo para que tome decisiones, gestione su propio trabajo y resuelva problemas como mejor le parezca. El rol del o la líder es más de acompañamiento: brindar recursos, apoyo y un poco de guía cuando hace falta... y luego hacerse a un lado.
¿La mayor ventaja? La autonomía. Este enfoque empodera a las personas, les da espacio para apropiarse del trabajo, experimentar y encontrar su propia manera de llegar a los resultados. Muchas veces, el equipo se siente valorado y con plena confianza. Pero también hay riesgos. Sin estructura clara, algunos pueden perder el rumbo o terminar jalando en distintas direcciones. No todo el mundo se lleva bien con tanta independencia.
Cuándo funciona mejor:
- Con equipos altamente capacitados y autónomos
- En sectores creativos donde la libertad impulsa la innovación
- Cuando trabajas con personas expertas que no necesitan supervisión diaria
- En culturas organizacionales que valoran más la autonomía que el control
El estilo laissez-faire no es sinónimo de desentenderse. Es saber cuándo dar un paso atrás para que tu equipo dé lo mejor de sí.
Un guía de montaña es como un liderazgo inspirador.
Tipo de administración transformacional
Este estilo tiene una misión clara: inspirar. Las personas que lideran con un enfoque transformacional no solo gestionan tareas, sino que movilizan a su equipo hacia una visión más grande. Retan al grupo a pensar distinto, a crecer, a atreverse a ir más allá de lo que creían posible. No se enfocan tanto en el paso a paso del día a día, sino en encender la motivación interna y empujar el cambio.
Cuando se hace bien, este tipo genera energía, compromiso y un sentido de propósito. La gente se siente parte de algo más grande que su lista de pendientes. También se abre espacio para aprender, innovar y romper esquemas. Pero ojo: si no hay una base clara, el equipo puede sentirse perdido o sin saber por dónde empezar.
Cuándo funciona mejor:
- En momentos de transformación o crecimiento acelerado
- En empresas que viven de la innovación y el cambio constante
- Cuando lideras personas con hambre de aprender y desarrollarse
- Cuando hace falta reinventar la forma en que se hacen las cosas
El liderazgo transformacional no se trata solo de lograr metas. Se trata de cambiar las reglas del juego. Y cuando conecta, puede llevar a un equipo de bueno a imparable.
Un entrenador deportivo es como el apoyo al crecimiento del equipo.
Tipo de administración tipo coaching
Este estilo se centra en una sola cosa: el crecimiento. Los managers que lo aplican no están ahí para dar órdenes, sino para ayudar a cada persona a descubrir y potenciar lo mejor de sí misma. Hacen preguntas, dan retroalimentación constante y trabajan mano a mano con su equipo para desarrollar habilidades, confianza y visión a largo plazo. Es como tener un entrenador personal, pero para tu carrera profesional.
El enfoque tipo coaching suele aumentar mucho el compromiso. La gente se siente respaldada, retada de forma positiva y motivada para mejorar. Las evaluaciones de desempeño dejan de ser trámites y se vuelven conversaciones reales sobre metas y desarrollo. El reto es que este estilo requiere tiempo, constancia y paciencia. No es una solución rápida, sino una apuesta a futuro.
Cuándo funciona mejor:
- Cuando estás formando líderes dentro del equipo
- En entornos donde el aprendizaje continuo es clave
- Si las personas están abiertas a recibir retroalimentación y crecer
- Cuando quieres elevar el desempeño individual con una mirada de largo plazo
Quienes lideran con coaching no solo gestionan tareas. Forman personas. Y con el tiempo, esa inversión se convierte en equipos más fuertes y resultados más sólidos.
Un conductor de tren es como un liderazgo estructurado
Tipo de administración transaccional
El tipo de administración transaccional se basa en una fórmula simple: expectativas claras y recompensas claras. El manager fija los objetivos, explica exactamente qué se espera, y premia a quienes cumplen. Es directo, estructurado y sin espacio para dudas. Si haces el trabajo, recibes la recompensa. Si no, hay consecuencias igual de claras.
Este tipo de liderazgo funciona muy bien cuando se necesita eficiencia, consistencia y responsabilidad. Mantiene al equipo enfocado y en movimiento, sobre todo cuando las tareas son repetitivas o muy reguladas. Pero también tiene su lado débil: puede limitar la creatividad. Si todo gira en torno a cumplir objetivos específicos, es menos probable que alguien se anime a pensar fuera de lo establecido.
Cuándo funciona mejor:
- En lugares con procedimientos muy estructurados
- En industrias donde la precisión y el cumplimiento son esenciales, como finanzas o salud
- Al gestionar proyectos con tiempos y entregables definidos
- Cuando la confiabilidad importa más que la innovación
Los managers transaccionales son quienes hacen que el engranaje funcione sin fallas. No suena tan inspirador como otros estilos, pero cuando lo que importa es hacer el trabajo bien y a tiempo, es justo lo que el equipo necesita.
Los engranajes girando son como la energía del equipo fluyendo.
La forma en la que lideras tiene un impacto real en cómo se siente tu equipo, cómo trabaja y qué resultados obtiene. Un tipo de administración flexible y con apoyo puede elevar la moral, fomentar la colaboración y mantener la productividad en buen nivel. Un tipo rígido o mal adaptado puede frenar todo y dejar a las personas frustradas, desconectadas o sin rumbo.
Así influye el estilo de liderazgo en un equipo:
- Moral del equipo: Los líderes que escuchan, dan retroalimentación genuina y se adaptan a las necesidades del equipo crean un ambiente positivo y motivador. Quienes micromanagean o ignoran las ideas del equipo generan estrés y agotamiento.
- Colaboración: Estilos abiertos como el coaching o el democrático facilitan el trabajo en conjunto y el intercambio de ideas.
- Productividad: Elegir un estilo que se alinee con las fortalezas del equipo mantiene los proyectos en movimiento y a las personas enfocadas y con energía.
El tipo de administración también influye muchísimo en la motivación y compromiso del equipo. Los equipos florecen cuando se sienten escuchados, apoyados y reconocidos por su trabajo. tipos como el coaching y el transformacional suelen crear equipos más comprometidos. En cambio, los estilos más autoritarios o puramente transaccionales pueden mantener el ritmo, pero a largo plazo desgastan la creatividad y la motivación.
El trabajo híbrido ha hecho que la flexibilidad sea aún más importante. Cuando el equipo está dividido entre casa y oficina, ya no puedes depender de una charla rápida en el pasillo. Necesitas una comunicación clara, expectativas bien definidas y mucha confianza. Los managers que adaptan su estilo a este nuevo entorno construyen mejores relaciones y mantienen al equipo alineado, sin importar desde dónde trabajen.
En este tipo de esquemas, estilos como el coaching y el democrático suelen destacar. Dan la estructura necesaria para avanzar, pero también la libertad que las personas necesitan para trabajar a su manera. Es un equilibrio, pero uno que los buenos líderes están aprendiendo a dominar.
Ejemplos reales que lo demuestran:
- Satya Nadella usó un estilo de coaching para transformar la cultura de Microsoft, reconstruir la confianza interna y fomentar la innovación.
- Elon Musk, con un estilo transformacional y autoritario, llevó a Tesla a romper barreras, pero también creó uno de los entornos laborales más intensos del sector tecnológico.
Elegir el tipo de administración correcto no se trata de buscar la perfección. Se trata de darle al equipo las mejores condiciones posibles para hacer un gran trabajo, mantenerse motivado y seguir creciendo.
Un cruce de caminos es como las decisiones de liderazgo por delante.
Descubre y adapta tu tipo de administración
Los buenos managers conocen su estilo natural de liderazgo. Los grandes managers saben cómo adaptarlo sin dejar de ser ellos mismos. El primer paso es ser honesto contigo mismo sobre cómo lideras. Observa cómo tomas decisiones, cuánto involucras al equipo y cómo manejas la retroalimentación o los conflictos. Tus hábitos en los pequeños momentos revelan más sobre tu estilo que cualquier test de liderazgo.
Consejos para identificar tu estilo natural:
- Piensa en cómo te comunicas de forma natural con tu equipo
- Nota si te enfocas más en los resultados, en las relaciones o en el crecimiento individual
- Pide feedback honesto a tu equipo sobre cómo viven tu liderazgo
El liderazgo situacional se trata de saber cuándo cambiar de marcha. Un nuevo integrante necesita más acompañamiento y guía. Un experto senior probablemente necesita independencia y confianza. Un plazo ajustado o una crisis pueden requerir decisiones rápidas y autoritarias, mientras que un proyecto creativo necesita más libertad y participación.
La autoconciencia y la retroalimentación no son un lujo. Son la base de un buen liderazgo. Sin ellas, es fácil caer en la trampa de usar el mismo estilo para todo, incluso cuando claramente no está funcionando. Revisar constantemente cómo está tu equipo y ajustar tu estilo según sus necesidades construye confianza, lealtad y mejores resultados.
El mundo del trabajo actual se mueve rápido y cambia todo el tiempo. La flexibilidad ya no es opcional. Los managers que saben adaptarse construyen equipos más resilientes, comprometidos y listos para lo que venga.
Un zapatero es como la adaptabilidad en el liderazgo.
Ejemplos reales de tipos de administración en acción
Los tipos de administración no son solo teorías de libros de liderazgo. Se ven en acción todos los días en la forma en que grandes líderes construyen sus equipos, impulsan resultados y, a veces, también generan un poco de caos. Las decisiones de liderazgo moldean la cultura de las empresas, alimentan la innovación y dejan huellas duraderas en cómo los negocios crecen y sobreviven.
Aquí algunos ejemplos reales:
- Satya Nadella en Microsoft: Nadella aplicó un estilo de administración tipo coaching para transformar la cultura de Microsoft. Al enfocarse en la empatía, el crecimiento y la colaboración, reconstruyó la confianza de los empleados y dio paso a una nueva era de innovación en una de las compañías más grandes del mundo.
- Elon Musk en Tesla y SpaceX: El liderazgo de Musk combina lo transformacional con lo autocrático. Su visión ambiciosa y altos estándares llevaron a sus equipos a lograr avances impresionantes, aunque también generaron un entorno de trabajo famoso por su nivel de exigencia.
- Indra Nooyi en PepsiCo: Nooyi adoptó un estilo de administración democrático, fomentando la comunicación abierta y la participación activa de los empleados. Construyó una cultura que equilibraba el éxito empresarial con la sostenibilidad a largo plazo, demostrando que el buen liderazgo puede cuidar tanto las ganancias como a las personas.
- Jeff Bezos en Amazon: Bezos tendió a usar un estilo transaccional, con objetivos claros, seguimiento riguroso de resultados y recompensas para los mejores desempeños. Esta estructura ayudó a Amazon a escalar a una velocidad impresionante, aunque generó un ambiente interno altamente competitivo.
Cada uno de estos líderes adaptó su estilo a las necesidades, etapa de crecimiento y objetivos de su empresa. Ningún estilo es perfecto. El verdadero liderazgo está en saber cuándo inspirar, cuándo presionar, cuándo escuchar y cuándo hacerse a un lado.
Una caja de herramientas es como el liderazgo en acción.
Conclusión
Si los tipos de administración fueran zapatos, definitivamente uno solo no serviría para todos. Algunos días necesitas tenis para correr. Otros, botas con punta de acero. Y si estás liderando un equipo remoto un lunes por la mañana, quizá hasta unas pantuflas.
Los mejores líderes conocen su estilo de administración, pero no se quedan atrapados en él. Liderar no se trata de imponer una única forma de trabajar en cada equipo o situación. Se trata de leer el contexto, escuchar lo que las personas necesitan y adaptar el enfoque para que todos puedan avanzar juntos.
Conocer los diferentes tipos de administración te da una verdadera ventaja. Empiezas a ver dónde brillas de forma natural y dónde un pequeño ajuste puede marcar una gran diferencia. Ya sea que te inclines hacia el coaching, la colaboración, la estructura o la inspiración, lo que más importa es mantener la flexibilidad y liderar con intención.
Un gran liderazgo no se trata de ser perfecto. Se trata de crear un entorno donde las personas puedan dar lo mejor de sí, crecer contigo y querer quedarse para el siguiente capítulo.
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