Liderazgo en tiempos de crisis
08 February, 2024
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Los líderes a menudo son vistos como superhéroes que tienen el deber de navegar a través de las tormentas de crisis económicas o de otro tipo y sacar a la empresa del estancamiento independientemente del contexto. Pero los indispensables en esta labor son siempre los empleados. ¿Qué cualidades tiene un buen líder y cómo puede mantener a sus empleados cerca tanto en los buenos como en los malos momentos?
Antes de hacernos la pregunta «¿Cómo se ve un buen líder/gerente en tiempos de crisis?», tenemos que pensar en qué cualidades debe tener un gerente o líder en general. Aquí, la lista puede ser interminable, pero algunos atributos en los que creo que todos podemos estar de acuerdo son la visión, la empatía y la inteligencia emocional, la dedicación, la firmeza y el carácter y, por último, pero no menos importante, la confianza en sí mismo y hacia los demás.
En un momento de crisis, cuando el contexto del mercado se ve diferente y las empresas luchan por sobrevivir, un buen líder sabrá cómo conservar estas cualidades y a la vez tratar de lograr resultados. ¿Por qué es tan importante cumplirlas sin desvío alguno? Porque los empleados recuerdan y toman la decisión de permanecer o no en una organización cuando las cosas vuelven a la normalidad.
En varias ocasiones he visto como las personas elegían «apretar los dientes» y quedarse en una empresa solo porque eran tiempos difíciles y necesitaban un salario, y estaban dispuestos a aceptar un estilo de liderazgo pobre por un tiempo, con la idea de que tan pronto como la situación mejorara se irían sin pensárselo dos veces a otra empresa. Del mismo modo, hemos visto empleados que, aunque no han recibido una oferta salarial mucho mejor de otro empleador, han optado por irse, teniendo en cuenta a la actual dirección como su primer responsable de la toma de decisiones. Las frustraciones acumuladas hoy se convierten en la dimisión de mañana. A primera vista, la situación puede no parecer tan grave. Sin duda encontraremos otros empleados, pero los recursos que invertiremos en el proceso de selección, en la formación de nuevos candidatos, en su periodo de adaptación a la cultura organizacional ralentizarán el ritmo de cumplimiento de los objetivos y afectarán a los presupuestos, pero también a la reputación de la empresa.
Por otro lado, si los líderes consiguen comunicarse eficazmente con los equipos, apoyarlos, brindarles apoyo y transparencia, y no darse por vencidos cuando haya que remangarse y trabajar codo a codo con sus subordinados, los empleados se lo pensarán dos veces antes de aceptar una contraoferta. Varios de ellos se quedarían en una empresa incluso con un salario más bajo solo porque se sienten como en casa, porque se identifican con los otros miembros del equipo y la cultura organizacional, y porque han hecho que los objetivos de la empresa sean objetivos personales. Y en la próxima crisis, tú, como empleador, sabrás que tienes en quien confiar, que tienes un equipo que luchará por mantener la empresa a flote. Eso es lo que tiene que hacer un buen líder: hacer que el empleado no quiera irse. Y, como decía, la recompensa económica no es la solución más conveniente, aunque, por supuesto, tampoco es un tema que deba descuidarse.
Enumerando las cualidades mencionadas una a una, vamos a hablar primeramente de la visión. Este un término con el que nos topamos, quizás con más frecuencia, cuando hablamos con los representantes de un negocio. Pero si para algunas empresas la visión ha sido, durante muchos años, solo un objetivo a tener en cuenta y hacia el que se han canalizado sus recursos para alcanzarlo –por ejemplo, para convertirse en líder del mercado en una industria determinada, ahora creo que es más importante que nunca que esta visión se extienda al mercado global, que está en constante transformación, junto con el contexto en el que esta actúa. Creo que la visión a partir de ahora debería incluir también cómo se pueden alcanzar esos objetivos, y aquí estamos hablando de nuevo de los empleados, porque a través de ellos se lograrán. Y si hablamos de empleados, automáticamente estamos hablando de nuevos regímenes laborales. Para preservar los equipos, tenemos que adaptarnos a las nuevas tendencias del mercado laboral, la más importante de las cuales es el cambio al trabajo remoto o híbrido.
La empatía y la inteligencia emocional también faltan en el «portafolio» de cualidades de un buen líder. Y aquí no estamos hablando necesariamente de escuchar los problemas de todos los empleados y de darles constantemente un hombro para llorar. Se trata de saber cómo dar malas noticias – incluso si estamos hablando de una reestructuración, dada sobre todo en tiempos de crisis en ciertas industrias, cómo por ejemplo saber reprender a un empleado cuando no están realizando sus tareas correctamente, sin humillarlo (creo que todos que hemos sido testigos de escenas en las que los gerentes gritaban en frente de todos al empleado X porque no pudo completar un informe a tiempo), cómo integrar a un nuevo miembro del equipo para que se sienta bienvenido, cómo motivar a su equipo y cómo conseguir los resultados deseados sin tener a los empleados trabajando hasta la extenuación y más allá.
La dedicación, como decía, incluye, entre otras cosas, trabajar codo con codo con los empleados, y la pandemia no ha hecho mas que poner a prueba dicha calidad de los tienen el liderazgo. Aquí, el personal médico nos dio el mejor ejemplo cuando, independientemente del rango, los empleados de primera línea estuvieron involucrados en salvar las vidas de los demás y en encontrar soluciones para combatir la crisis sanitaria.
La firmeza y el carácter de un líder también son esenciales en tiempos de crisis. Un líder desanimado que está dispuesto a renunciar a los desafíos no será capaz de alentar al equipo. El mostrar un carácter fuerte no significa que el líder no tenga que mostrar también su lado humano, sus preocupaciones, sus inquietudes, sino todo lo contrario. Pero esta transparencia emocional, que, además de acerar a los líderes con los equipos, debe ir acompañada de una actitud positiva y optimista – el líder tiene que ser un luchador.
Y la confianza en sí mismo y hacia los demás no hace más que completar a las demás cualidades. Un líder seguro de sí mismo sabrá que tiene la capacidad de coordinar equipos para lograr sus objetivos, ya sea que trabajen en la oficina de al lado o en una situada en otra ciudad. Un gerente así sabe comunicarse con eficacia, sabe cuándo y cómo exigir resultados y, lo más importante, sabe cómo hacer que los subordinados confíen en él, en su capacidad para guiarlos a través de las situaciones de crisis que se presenten, dándoles a cambio la misma confianza depositada en él.
¿Vosotros que cualidades creéis que son esenciales para un líder en tiempos de crisis?
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