

Gestión del Tiempo: Menos Prisa, Más Intención

02 June, 2025
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Cuando sentí que trabajaba todo el día… pero no avanzaba en mi gestión del tiempo
Hay días en los que termino agotada, como si hubiera corrido una maratón sin moverme del escritorio. Mi lista de pendientes está llena de checks, pero siento que lo importante sigue sin resolverse. Es una sensación rara: hice muchas cosas, pero… ¿realmente avancé? Este sentimiento es común cuando no entendemos qué es la gestión del tiempo y cómo aplicarla efectivamente.
Durante mucho tiempo, confundí estar ocupada con ser productiva, un error frecuente en la gestion del tiempo en el trabajo. Me enorgullecía tener la agenda a tope, saltar de una reunión a otra, responder mensajes mientras comía, y terminar el día con la cabeza saturada. Sentía que así debía ser, porque así era “trabajar en serio”.
Pero con el tiempo, ese ritmo comenzó a pasar factura.
Empecé a sentir que el tiempo no me rendía, que todo era urgente.
Nunca llegaba a lo que realmente quería hacer
A veces sentía que trabajaba para tachar tareas, no para acercarme a mis metas.
Y lo peor: todo ese esfuerzo no se traducía en satisfacción, solo en más estrés.
Una noche, después de un día particularmente caótico, me senté frente al calendario y me di cuenta de que no había espacio para mí. Literalmente. No había bloques para pensar, para crear, para pausar. Solo había tareas, compromisos, entregas, reuniones. Todo era para los demás, para lo externo. Cero tiempo propio.
Y ahí entendí algo que parece obvio, pero no lo es cuando estás en piloto automático: si yo no diseño mi tiempo, alguien más lo va a hacer por mí.
Desde entonces empecé a prestarle más atención a mi gestion del tiempo, a cómo organizo mi día, a qué decisiones estoy tomando con mi tiempo (aunque sea sin darme cuenta), y sobre todo, a preguntarme: ¿esto me acerca o me aleja de lo que realmente quiero?
Spoiler: aún no tengo todas las respuestas. Pero estoy aprendiendo a soltar esa obsesión por llenar el día, y a enfocarme en lo que de verdad importa.
¿Dónde se va el tiempo? Claves para una mejor gestión del tiempo
A veces abro el celular “solo para contestar un mensaje” y, cuando me doy cuenta, pasaron 25 minutos viendo historias, memes, reels, lo que sea. Sí, las redes sociales son expertas en chuparse el tiempo, pero la verdad es que no siempre son las únicas culpables de una mala gestion del tiempo.
Me puse a observar mis días con más atención, como si los auditara, y empecé a notar que hay fugas de tiempo más silenciosas pero igual de potentes. Por ejemplo:
- Cambiar de tarea cada cinco minutos porque me entró un correo nuevo.
- Decir “sí” a reuniones que podrían haber sido un mail.
- Pasar horas perfeccionando algo que ya estaba bien.
- Empezar una tarea sin tener claro cómo terminarla, y quedarme dando vueltas.
Lo curioso es que todas esas cosas parecen parte del trabajo, pero en realidad muchas veces son ruido. Actividad no es igual a avance. Y cuando no eres consciente de esas fugas, se te va el día en cosas que no elegiste hacer… simplemente sucedieron.
Me di cuenta también de que no tener claridad de prioridades es otra manera de perder el tiempo, afectando directamente la gestion del tiempo en el trabajo. Cuando todo parece importante, nada lo es realmente. Así que vas saltando entre tareas, sin foco, apagando fuegos, sin parar a preguntarte si eso es lo que deberías estar haciendo.
Y eso desgasta. Mucho.
Al final, el problema no es solo “tener mucho que hacer”, sino no saber qué dejar de hacer. Porque el tiempo no se estira, pero nuestras expectativas sí… y a veces, demasiado.
Ahora trato de hacerme una pregunta clave al iniciar el día:
¿Qué sería suficiente hoy para sentir que valió la pena?
Eso me ayuda a enfocar, soltar el ruido y dejar que las redes, los correos o las urgencias esperen… al menos un ratito.
¿Cómo se empieza a organizar mejor el tiempo? (sin volverse una máquina): Entendiendo qué es la gestión del tiempo
Cuando empecé a interesarme por la gestion del tiempo y a investigar qué es la gestion del tiempo realmente, me encontré con muchas teorías, métodos, matrices… y la verdad: al principio me abrumé. Parecía que tenía que estudiar una carrera entera para aprender a organizar mi día. Pero con el tiempo entendí que no se trata de aplicar todo, sino de encontrar lo que se ajusta a ti y a tu ritmo.
Aquí te comparto algunas herramientas y enfoques que sí me han servido y que puedes empezar a probar desde hoy, sin complicarte la vida:
1. La regla del 80/20 (Principio de Pareto)
El 20% de tus tareas generan el 80% de los resultados. Suena exagerado, pero funciona. No todo lo que haces tiene el mismo impacto.
Tip práctico: al empezar la semana, identifica las 2 o 3 tareas clave que sí o sí te van a acercar a tus objetivos. Concéntrate en esas primero, antes de llenar el día con pendientes menores.
2. Time blocking (o bloquear tu calendario)
Consiste en reservar bloques de tiempo específicos para cada tipo de tarea. Si tienes que escribir, bloquea 1 hora solo para eso. Si vas a contestar correos, ponlo en un horario fijo.
Tip práctico: ponlo en tu calendario real. Si no está agendado, no existe. Incluso bloquea tiempos para descansar o pensar. No todo debe ser producir.
3. Técnica Pomodoro (pero sin trauma)
Trabajar 25 minutos concentrada y luego tomar 5 minutos de descanso. Suena básico, pero te sorprende lo mucho que avanzas cuando eliminas distracciones por solo media hora.
Tip práctico: usa un temporizador (o apps como Forest). El truco está en no “hacer trampa” durante esos 25 minutos: cero redes, cero WhatsApp.
4. El filtro Eisenhower (urgente vs importante)
Antes de hacer algo, pregúntate: ¿es urgente? ¿es importante? No todo lo que arde lo tienes que apagar tú.
Tip práctico: si no es urgente ni importante, elimínalo. Si es importante pero no urgente, agéndalo. Así de simple.
5. Cierra el día con intención
No esperes a que el día te atropelle. Antes de terminar tu jornada, anota lo que sí hiciste y lo que queda pendiente. Eso baja la ansiedad y te da más claridad para mañana.
Tip práctico: dedica los últimos 10 minutos a escribir en una libreta o app: “¿qué aprendí hoy?” y “¿qué me toca mañana?”. Parece mínimo, pero da paz mental.
6. La perspectiva de la gestión del tiempo en las empresas
No solo se trata de un esfuerzo individual. Una cultura organizacional que promueve y facilita una buena gestion del tiempo en las empresas es fundamental. Esto puede incluir políticas sobre reuniones efectivas, claridad en las prioridades estratégicas y herramientas que apoyen la concentración. Si la empresa no fomenta estas prácticas, la gestion del tiempo en el trabajo individual puede ser una lucha constante.
- Tip práctico: Si tienes capacidad de influencia, sugiere discutir prácticas de gestion del tiempo en las empresas o busca alinear tus métodos con las expectativas y herramientas corporativas
No es solo productividad, también es energía (y cabeza): Un pilar de la gestión del tiempo
Podemos tener la mejor agenda del mundo, usar Pomodoros, hacer time blocking… pero si estás agotado, distraído o saturado mentalmente, no hay técnica de gestion del tiempo que funcione.
Gestionar bien el tiempo no es solo cuestión de tareas; también es cuestión de energía. Y la energía no es infinita. Tu concentración, tu motivación y tu claridad mental también tienen un tope diario. No eres una máquina y está bien.
Aquí algunos recordatorios útiles para tener eso en cuenta:
Tu cerebro tiene momentos clave
La mayoría de las personas tiene más enfoque en la mañana (aunque no todas). Identifica en qué momento del día rindes más y reserva ese tiempo para lo importante, no para contestar correos o tareas repetitivas.
Las decisiones agotan
A lo largo del día, tomar decisiones consume energía mental (sí, incluso decidir qué desayunar).
Tip: automatiza lo que puedas: comidas, ropa, rutinas. Menos decisiones pequeñas = más energía para lo que importa.
El multitasking es un mito
Hacer varias cosas a la vez suena productivo, pero en realidad divide tu atención y te hace más lenta (y más cansado).
Tip: haz una sola cosa a la vez y termina antes de empezar la siguiente. Suena simple, pero cambia todo.
Descansar también es parte de la estrategia
No es perder tiempo. Es recargarlo. Las pausas, los cambios de ambiente, incluso un café sin pantalla, pueden ayudarte a volver con ideas más claras.
Tip: agenda tus descansos como parte de tu día. Si no los pones, no los tomas.
Al final, tu tiempo vale más cuando lo usas con energía, no cuando llenas el día de actividades por inercia. No se trata de trabajar más horas, sino de trabajar mejor… con cabeza fresca y sin quemarte en el intento.
Lo que sí, lo que no… y lo que te puede ayudar
Una vez que empiezas a aplicar técnicas de gestión del tiempo, lo difícil no es arrancar, sino mantener el ritmo sin frustrarte. Aquí van algunas ideas para no autosabotearte, junto con herramientas que hacen la vida más fácil:
Errores comunes que frenan tu avance
- Intentar aplicar todas las técnicas al mismo tiempo. Resultado: confusión y cero resultados. Mejor probar de a una y ajustar.
- Confundir productividad con ocupación. Llenar la agenda no significa avanzar. A veces menos es más.
- No dejar espacio para lo inesperado. Si planificas cada minuto, cualquier cambio te desordena todo. Deja márgenes.
- Olvidarte de revisar. Si no evalúas qué funcionó y qué no, te estancas.
Cómo mantener los hábitos (sin que te aburras o te frustres)
- Revisa semanalmente. Dedica 10 minutos cada domingo o lunes a ver qué funcionó, qué no hiciste y por qué. Eso te da dirección.
- Sé flexible. Ajustar no es fallar. Si algo no te funciona esta semana, no te castigues. Cámbialo y sigue.
- Celebra pequeños avances. ¿Lograste concentrarte 1 hora sin distracciones? ¿Terminaste antes un pendiente? Cuenta como victoria.
- Evita el “todo o nada”. No necesitas cumplir la semana perfecta. Lo importante es la constancia, no la perfección.
Herramientas útiles (que no te dan más trabajo)
- Para organizar tareas:
Todoist: ideal para listas simples, con prioridad y fechas.
Trello: visual, con tarjetas y tableros, perfecto si trabajas en proyectos.
- Para bloquear el tiempo:
Google Calendar: simple, gratuito y con alertas.
Motion: herramienta de calendarización inteligente (paga, pero potente).
- Para evitar distracciones:
Forest: app que te “recompensa” por no usar el celular.
1Focus o Cold Turkey: bloqueadores de sitios web durante el tiempo que elijas.
- Para medir tu tiempo real:
RescueTime: análisis automático de lo que haces en la compu, sin que tengas que registrar nada.
Gestionar el tiempo cuando todo es urgente
Hay días (o semanas) en que todo parece urgente. Correos, entregas, reuniones, mensajes, tareas “para ayer”. Y claro, lo urgente grita más fuerte que lo importante.
Pero aquí va una verdad incómoda: si todo es urgente, nada está realmente priorizado. Lo que necesitas no es más velocidad, sino más estrategia.
1. Usa la Matriz Eisenhower, pero versión realista
Clasifica tus tareas en cuatro tipos:
- Urgente e importante → hazlo ya.
- Importante pero no urgente → agenda tiempo.
- Urgente pero no importante → delega o automatiza.
- Ni urgente ni importante → elimina.
Consejo: no te engañes poniendo todo en la primera categoría. Sé honesto contigo: ¿esa reunión es realmente crucial? ¿Ese informe no puede ir mañana?
2. Maneja el “modo incendio” con reglas mínimas
Si estás apagando fuegos todo el día, necesitas reglas:
- No abras el correo o el chat a cada rato. Establece horarios fijos para revisar.
- Deja mínimo dos bloques del día (aunque sean cortos) para avanzar en lo importante.
- Usa una lista diaria de 3 tareas clave. El resto es extra, no obligatorio.
3. Aprende a decir “esto no entra hoy” sin culpa
Tip: Si algo te piden de último minuto y no es tu responsabilidad, responde con claridad:
"Puedo hacerlo mañana a primera hora. Hoy ya tengo entregas cerradas."
Es mejor eso que hacerlo mal por presión.
4. Cuando no puedes controlar el ritmo, controla tu enfoque
Hay entornos que son naturalmente caóticos. Si no puedes cambiar eso, cambia cómo respondes:
- Respira antes de reaccionar.
- Haz una cosa a la vez, aunque todo esté ardiendo.
- Recuerda: si tú te apagas, no hay con qué seguir.
Versión realista de la productividad
Ya no se trata de hacer más, sino de hacer lo que importa (sin culpa).
Para concluir, hay que entender que la gestión de tiempo no es un concurso de cuántas cosas puedes tachar de tu lista, sino de cuántas cosas valiosas puedes lograr. No se trata de hacer más, sino de hacer lo que realmente importa. Y sin cargar con la culpa de no ser capaz de hacerlo todo.
Lo primero que necesitas entender es que la productividad no se mide solo por lo que se ve. El trabajo visible tiene valor, pero también lo tiene el tiempo que dedicas a pensar, a planificar, o incluso a desconectar. Deja de sentir que “descansar” es sinónimo de no ser productiva. Un buen descanso recarga tus baterías para hacer más, y mejor.
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