¿Cuál es la verdadera forma de trabajar en este 2023?
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Desde hace ya varios meses, por no decir años, la forma de trabajar ha venido tomando un rumbo que quizá para muchos ha sido bueno, pero para otros ha traído retos y desafíos con los cuales se está batallando no sólo dentro de las organizaciones sino también en la vida personal de cada uno de los trabajadores.
Las nuevas formas y dinámicas de trabajo, durante y después de la pandemia, hicieron que las compañías tuvieran que cambiar rápidamente la mentalidad para encontrar soluciones que les permitieran seguir con sus operaciones pero sin tener el control total sobre ellas; pues era imposible hacerlo teniendo a todo el equipo desde sus casas y sin poder asistir a una oficina de manera presencial todos los días de la semana y con un horario establecido.
He aquí uno de los primeros retos que se generaron y con los cuales aún están combatiendo muchos de los líderes: la paranoia a la productividad. Una encuesta de Microsoft realizada a 20.000 trabajadores en 11 países diferentes, muestra que el 85% de los líderes encuestados desconfía si sus empleados están siendo o no realmente productivos. El medir sus resultados por clics, o por horas de trabajo, ya es algo del pasado y los empleados están cansados de tener que “probar su productividad” y que nada convenza a sus empleadores.
Hoy en día los trabajadores y las nuevas generaciones están pidiendo a grito herido confianza, fortalecer la cultura de la confianza, y ser valorados por objetivos específicos que les permitan ser flexibles con su tiempo pero también tener un equilibrio entre su vida personal y laboral. Sin embargo, esto es algo que aún le cuesta a muchos de los líderes, pues han sido décadas trabajando de forma controlada y en donde en la mayoría de los casos los colaboradores cayeron en el síndrome de la silla caliente, un fenómeno que se relaciona con la apariencia excesiva de trabajar.
Y si esto era normal en tiempos pasados, hoy en día el no implementar esa flexibilidad que los trabajadores están pidiendo ha hecho que aparezca una nueva tendencia “la renuncia rápida y silenciosa”, más conocida como el Quiet Quitting. Esta tendencia se está presentando principalmente en la generación Z, aquella generación que nació bajo un mundo digital ya establecido y el cual crece de manera exorbitante. Una generación con mentalidad abierta, flexible y que sin temor alguno llega con sus propias normas y condiciones a un mundo laboral que si no cambia de estrategia rápidamente se lo puede llevar por delante.
El Quiet Quitting va más allá que una moda o un hashtag popular en redes sociales, especialmente en Tik Tok. Esta tendencia hace que los trabajadores difícilmente estén dispuestos a trabajar horas extras, que les moleste que se les impongan responsabilidades más allá de las que realmente fueron contratados y que constantemente estén exigiendo remuneraciones extra. Según el “Trabajo Reimaginado 2022”, estudio realizado por Ernst & Young, el 47% de los empleados está dispuesto a renunciar si tiene mejores condiciones laborales y salariales y si encuentra opciones profesionales que le brinden más libertad y flexibilidad.
Igualmente, una encuesta realizada por Indeed, revela las razones por las cuales los empleados están dispuestos a cambiar de trabajo sin pensarlo: mejor remuneración económica (82%), mayor flexibilidad (50%), desplazamientos más cortos (42%), trabajo totalmente a distancia (29%), insatisfacción con el jefe (14%).
Pues bien, estas cifras nos demuestran que esa forma de trabajar, que pensamos era temporal, llegó para quedarse y sin duda alguna los líderes y las empresas deben adaptarse, pues independientemente de la competitividad y la alta oferta que puede existir en el mundo laboral, la prioridad siempre será el bienestar y la salud mental de los trabajadores. Un estudio global realizado por Cisco, destaca que para el 68% de las personas el trabajo híbrido ha tenido un impacto positivo en su condición física, para el 82% ha mejorado su parte emocional y para el 55% el nivel de estrés ha disminuido significativamente.
Estos datos nos indican claramente el camino que hay que tomar y cómo realmente va a ser esa forma de trabajo durante este 2023 y en adelante: un modelo flexible que le permita a los trabajadores tener un balance entre su vida personal y laboral, entre su salud física y mental pero, sobre todo, un modelo que les permita aumentar su productividad teniendo siempre clara la métrica del north star, es decir, el valor central que captura cada uno de los negocios.
Factores como el pluriempleo han tomado también mucha fuerza en el último tiempo, pues esta misma flexibilidad que buscan las nuevas generaciones ha hecho que tengan más de un trabajo a la vez y generen más de una fuente de ingreso. He ahí la importancia de poder tomar el control de los equipos no por horas de trabajo sino por esfuerzos y objetivos cumplidos.
Y si para los trabajadores está ha sido una opción, para las empresas y organizaciones la contratación internacional no se ha quedado atrás. Esto no solo porque hay muy buen talento ubicado en otras locaciones, sino que los movimientos migratorios han hecho que las personas se muevan de ciudades y países por factores económicos, políticos y sociales. Según el Banco Interamericano de Desarrollo las mayores migraciones se están generando desde el triángulo norte de Centroamérica a México y hacía los Estados Unidos.
Según un reporte global realizado el año pasado por la compañía Deel, la contratación internacional en América Latina aumentó más de 286% haciendo que grandes empresas busquen talento fuera de sus regiones especialmente con perfiles enfocados al área de tecnología, mercadeo, producto y ventas. Esto ha hecho que las empresas adapten su forma y modelo de trabajar para poder tener el control de sus empleados aún y cuando estén a kilómetros de distancia de ellos. Y es que no solo son barreras de localización, son también barreras de idioma y cultura las cuales o se aprenden rápidamente o simplemente se pierden a esos profesionales que llamaron la atención y los cuales sedujeron a las empresas por sus habilidades, tanto blandas como duras.
De aquí la necesidad de contar actualmente dentro de las organizaciones con un “Chief Remote Officer”, aquella persona que se encarga de generar y manejar estrategias, procesos y herramientas que respalden el home office. Esto sin duda dependerá del sector en el que trabajen cada una de las empresas y en donde ese modelo, remoto o híbrido, esté claramente establecido o con deseos de migrar, pues el rol del CRO será asegurar que la cultura de la empresa se adapte a esta modalidad y generar un acompañamiento para brindar a los empleados un trabajo a distancia productivo y saludable.
Por último, y no menos importante, el trabajo para este 2023 debe tener una conciencia ambiental y social que vaya en línea con eso que las nuevas generaciones están buscando: un trabajo Eco-Friendly en el que realmente haya un impacto positivo para el medio ambiente, pues 85% de los trabajadores están preocupados por la salud del planeta, he de aquí iniciativas como: 0% uso de papel, las pruebas piloto de trabajar 4 de 5 días de la semana para evitar desplazamientos y disminuir la polución y trabajar de la mano con acciones y estrategias que estén enfocadas en tener un mundo cada vez mejor.
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