Teletrabajar durante versus post-pandemia
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Una breve encuesta entre tus amigos de diferentes entornos profesionales te ayudará a ver con una amplia perspectiva un fenómeno que estamos atravesando ahora mismo en el trabajo a distancia: entramos en una nueva etapa, diferente a todo lo anteriormente vivido durante la pandemia.
Las organizaciones de todo el mundo se están agrupando en torno a nuevos modelos de trabajo en un intento de preservar y aprovechar lo que han aprendido sobre flexibilidad durante éste último año y medio. Poco a poco, pasamos de la sensación de ser partícipes de un experimento global forzado por la crisis sanitaria, a una visión creativa y entusiasta del trabajo a distancia.
Líderes de diferentes industrias y áreas han comprendido el potencial de crecimiento que ofrece el teletrabajo. Actualmente están buscando las fórmulas más adecuadas para propagar esta ventaja después de la relajación—o eliminación completa—de las restricciones pandémicas.
Trabajar durante la pandemia, un ejercicio remoto atípico
El cambio de «remoto forzado» a «remoto como una elección libre» no está exento de algunos desafíos. Incluso si aceptamos este cambio a largo plazo con confianza, la implementación a gran escala de una fórmula remota adecuada para cada organización sigue siendo una situación sin precedentes.
La pandemia nos ha dado un importante punto de partida en este sentido. Ha acelerado un proceso que ahora podemos plasmar con mayor facilidad, en función de las peculiaridades de nuestra actividad. Aun así, para encontrar soluciones remotas óptimas, es necesario distinguir entre lo que fue una solución temporal en la pandemia y lo que significaría implantar el teletrabajo como una nueva normalidad en nuestro negocio y estilo de vida.
- Tanto para las empresas como para los empleados, la pandemia estimuló la espontaneidad y la improvisación de soluciones rápidas, inicialmente diseñadas para asegurar la continuidad por algunos meses. Al principio, no fueron muchos los que anticiparon la magnitud de este fenómeno. A medida que adquirimos experiencia en el trabajo desde casa, la extensión de las restricciones pandémicas ha permitido algunos ajustes específicos que ahora pueden servir como base para la implementación remota a largo plazo.
- En la mayoría de las organizaciones, la falta de procedimientos internos para un estado de emergencia tan largo ha contribuido en gran medida a la sensación inicial de caos que los empleados sintieron trabajando desde casa. De buena gana o no, todo el mundo tuvo que tomar más iniciativa, gestionar su propio trabajo, evaluar cuándo y cómo actuar en ausencia de directivas preparadas con antelación. Sorprendentemente, esto nos ha demostrado lo efectivos que podemos ser cuando se nos otorga más autonomía en el trabajo.
- Para las empresas, esta transición forzada al teletrabajo implicó una rápida adaptación tecnológica. De la noche a la mañana, tuvieron que aumentar la cantidad de ordenadores portátiles (en algunos casos hasta cientos) y resolver múltiples nuevos requerimientos de IT.
- Otro desafío especial fue el impacto psicoemocional que causó la pandemia. Las empresas no solo tuvieron que ajustar el flujo de trabajo, sino también brindar apoyo emocional a sus empleados. Algunas hicieron esto facilitando la asistencia de especialistas en psicología y salud. Las organizaciones tenían que mostrar más empatía por la situación personal de cada empleado, ya que muchas personas trabajaban desde casa en constante distracción, mientras que a otras les afectaba profundamente el aislamiento social.
- A consecuencia de la pandemia, la línea entre nuestra vida profesional y personal se ha difuminado. Este período nos ha obligado a equiparar el trabajo a distancia con el trabajo desde casa, pero esto dista mucho de lo que realmente es una normalidad remota. En circunstancias normales, trabajar fuera de la oficina no solo significa trabajar desde casa, sino que nos da mucha más movilidad.
- Una estrategia a distancia facilita una mayor productividad. Sin embargo, durante la pandemia, muchas empresas han asociado este tipo de trabajo con una adaptación forzado al modo «supervivencia». Debido a esto, muchas se han centrado principalmente en minimizar pérdidas financieras, en lugar de adoptar esta solución como una oportunidad de progreso.
El trabajo a distancia como estrategia a largo plazo
Actualmente, ya sabemos que podemos aprovechar las ventajas del teletrabajo más de lo que la pandemia nos ha permitido hasta ahora.
- La mayoría de las empresas están eligiendo un modelo de trabajo híbrido para el futuro. No renuncian por completo a sus oficinas. En su lugar, se está produciendo un proceso de replanteamiento de los espacios de trabajo, convirtiéndolos en espacios de colaboración: los equipos pueden reunirse en la oficina o en espacios de coworking cuando se necesita más interacción y debates cara a cara. Durante el resto del tiempo, la gente puede trabajar a distancia por su cuenta, tanto en espacios alternativos como en casa.
- Este enfoque elimina los inconvenientes del aislamiento social, así como ciertas dificultades de colaboración y comunicación de las que se han quejado algunos empleados en la pandemia.
- Al permanecer parcial o totalmente a distancia, las organizaciones pueden beneficiarse de la ampliación de sus opciones de contratación y de una mejor retención de sus más satisfechos empleados, debido a un mejor equilibrio de su vida profesional y personal. En definitiva, se trata de una situación en la que ambas partes salen ganando.
Entonces, ¿dónde nos encontramos exactamente? Sin duda, estamos empezando a presenciar la normalización del fenómeno a distancia, un cambio que se augura inevitable a gran escala.
Y tú, ¿cómo contribuyes a este cambio?
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