Simplicidad, la clave para una organización de éxito
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En un mundo empresarial cada vez más dinámico y competitivo, a menudo confundimos rendimiento con complejidad. Grandes o pequeñas, sobran ejemplos de empresas que se condenan al fracaso por enredar innecesariamente sus propios procesos. En verdad, las organizaciones que se guían por la simplicidad gozan de una ventaja competitiva.
La sencillez parece definirse por sí misma, sin necesidad de muchas explicaciones. Sin embargo, el hecho de que podamos desplazarnos tan fácilmente hacia la complejidad demuestra que el arte de la simplicidad requiere una visión especial.
Durante su etapa en Apple, NeXT y posteriormente en su vuelta a Apple, Steve Jobs ofreció al mundo un modelo de éxito derivado de su inquebrantable devoción por la simplicidad. En los más de 12 años de estrecha colaboración con él, Ken Segall—director creativo de la agencia de publicidad Chiat/Day—ha tenido la oportunidad de captar la esencia de un negocio inteligentemente centrado en la sencillez.
El resultado: el bestseller “Increíblemente Simple: La Obsesión que ha llevado a Apple al éxito”. Éste nos lleva más allá del universo de Steve Jobs, poniendo la simplicidad como el valor fundamental para cualquier organización que esté dispuesta a luchar con coherencia por él.
Simple, pero no simplista. Ingenioso, pero no complicado
Es fácil identificar la complejidad a nuestro alrededor: cuellos de botella en eternas cadenas de procedimientos, jerarquías, reuniones interminables y una sensación general de inflexibilidad. Como señala Segall, la actividad de muchas empresas se ha convertido en algo tan formal e institucionalizado que no son capaces de cambiarlo, por muchos beneficios que esto conllevara.
Por el contrario, la sencillez impregnada en el ADN de una organización es una rara y preciosa fuente de poder. «Si su empresa fracasa alguna vez, puede estar seguro de que no será por culpa de la simplicidad: será por culpa de su ausencia».
Saber no complicarse requiere una mezcla equilibrada de creatividad, inteligencia, sentido común, espontaneidad, incisividad, honestidad y pasión. En otras palabras, la sencillez necesita cerebro, pero también corazón. Más allá de la profesionalidad y la competencia, la sencillez significa naturalidad y autenticidad, lo que hace que sea tan difícil de copiar.
Cómo establecer y mantener la simplicidad en tu organización
Agrupadas bajo sugerentes títulos («Piensa en pequeño», «Piensa en movimiento», «Piensa en informal», «Piensa en humano», etc.), las recomendaciones de Ken Segall pueden ayudar tanto a las personas como a las organizaciones a construir un camino coherente hacia la simplicidad:
- Ser muy honestos y evitar las verdades a medias logra mayor productividad y un ambiente más positivo.
- Trabajar en pequeños grupos de personas capaces, con la participación regular del responsable final, mantendrá al equipo más centrado y motivado, ofreciendo mejores resultados.
- Minimizar la cantidad de mensajes mediante frases sencillas que comuniquen la idea y tengan mayor impacto. «Un mar de opciones no es ninguna opción. En caso de duda, minimiza».
- Las imágenes conceptuales que captan la esencia de una idea son muy poderosas. Ya sea el nombre de los productos o comunicados, trata de expresar las ideas de forma sencilla y clara, «esto dice a los clientes quién eres y qué vendes».
- Todo proyecto debe tener un plazo equilibrado, para no dejar espacio a la superficialidad ni a demasiados cambios de opinión.
- Adoptar un estilo desenfadado y humano, internamente y en las interacciones con clientes, ayuda a crear relaciones de confianza.
- Reconocer y corregir rápidamente los errores, avanzas con elegancia y los clientes apreciarán tu honestidad.
- Ser escéptico ante la negatividad o una primera negativa. «No se puede hacer» puede transformarse en «puede hacerse, pero con mucho esfuerzo». Los verdaderos líderes tienen la capacidad de captar la esencia de un contexto y no transigir con las ideas en las que creen porque su objetivo final es ofrecer a sus clientes los mejores productos.
- Luchar con deportividad e ingenio en un entorno competitivo, apoyándote en una de las armas más eficaces de la sencillez: la pura pasión por lo que se hace.
Paradójicamente, son pocas las empresas que consiguen mantenerse fieles a la simplicidad, incluso cuando entienden que se trata de una estrategia excelente. La simplicidad es atractiva, pero necesita una coherencia impecable y la capacidad de eliminar con firmeza cualquier desviación de la claridad y el sentido común.
Y tú, ¿cómo crees que podrías simplificar tu trabajo? ¿Con qué beneficios?
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