Otro lugar, otro estilo de vida, mismo trabajo
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¿Conoces a personas que se han mudado a un pueblo o a ciudades más pequeñas después de años en una gran ciudad, atraídas por el sueño de un estilo de vida diferente? ¿O personas que cambiaron una gran ciudad por otra gran ciudad a cientos de kilómetros de distancia?
En el pasado, estábamos acostumbrados a asociar estas reubicaciones con períodos posteriores a la jubilación, cuando ya no estábamos interesados en las oportunidades de desarrollo profesional que brindaban los grandes centros de negocios. Algunos de nuestros padres se retiraban a zonas más tranquilas, cerca de la naturaleza, mientras nosotros continuamos con la tradición del trabajo de oficina y visitándolos algunos fines de semana, cansados y estresados después de una nueva semana de trabajo.
Sin embargo, en la tendencia alcista del trabajo remoto, las expectativas cada vez son más altas y podemos reformular la pregunta inicial sin imaginar instantáneamente las restricciones de edad: ¿Conoces a personas que se han mudado, con empleos incluidos, en el campo o localidades más pequeñas después de años pasados en una gran ciudad? ¿Qué pasa con los nómadas que deambulan por las metrópolis, teniendo como principal constante en la vida el mismo trabajo de siempre?
Cada año, crece el círculo de conocidos que se atreven a dar estos pasos tan entusiastas y originales. Tratando de hacer el perfil de una persona que alguna vez habitó en Bucarest y que ahora se encuentra reubicado por iniciativa propia, traspasé en una revista todas mis conversaciones con mis amigos, sus experiencias profesionales, situaciones familiares, los cientos de fotos en las que capturaron las fases de la transición a su nueva vida.
Una de las primeras razones que los motivaban a irse, fue unánimemente que querían un cambio importante en el estilo de vida, eligiendo así, zonas más tranquilas y verdes o unas en las que les siguieran ofreciendo las ventajas culturales y comerciales de la ciudad, pero entre otro tipo de personas, edificios y paisajes.
Mientras algunos sintieron el llamado del distanciamiento, otros respondieron al llamado de volver a casa y regresaron a sus zonas natales, cerca de sus familias.
Algunos de ellos también mencionaron el deseo de proporcionar a los niños una educación más equilibrada, teniendo en cuenta que el desarrollo armonioso requiere contacto con la naturaleza y que las escuelas de élite también se pueden encontrar en las ciudades más pequeñas.
Aunque esta no es generalmente la razón principal de la reubicación, no es de extrañar que la mayoría de los trabajadores que se mudan de una gran ciudad también encuentren una reducción significativa en los costos. Haciendo más con menos dinero.
Además de los que se mudan de forma permanente o a largo plazo, también están los que optan por un estilo nómada, estableciendo así un paquete de destinos entre los que hacen malabares durante periodos de medio o corto de tiempo.
Es normal que nos preguntemos cómo les afectan estos cambios a su carrera profesional y cómo han mantenido sus puestos de trabajo. En principio, todos ellos cuentan con profesiones que permiten un adecuado grado de flexibilidad y trabajo online, en áreas como la informática, diversos servicios de asesoramiento, traducciones, redacción, finanzas, contabilidad, etc.
Hace unos años, podía contar con los dedos de una mano a conocidos que se habían reubicado, pioneros en mudarse de Bucarest. Todos eran pequeños empresarios, sus propios jefes, por lo que no se arriesgaban a perder un trabajo.
Ahora, sobre todo después de la experiencia obtenida durante la pandemia, estoy empezando a perder su número. Entre ellos, cada vez son más los que siguen empleados en grandes equipos de trabajo; siendo muy buenos en su área, los empleadores no quisieron perderlos y se adaptaron a la petición de dejarlos trabajar desde otros lugares.
Es posible que al principio te parezca inusual ver a un empleado publicando una foto del amanecer desde la colina en la que está situado su jardín, pero no te sorprendas cuando el mismo hombre muestre fidelidad, productividad y mayor eficiencia en el trabajo. Todos aprecian la oportunidad de combinar una profesión en la que son muy buenos con vivir su vida en un lugar que les convenga. Y como empleador tienes muchos otros beneficios si fomentas en tu organización la flexibilidad del trabajo remoto, como hemos detallado en artículos anteriores.
Al pensar en los beneficios y desafíos para los empleados y los empleadores que viven a muchos kilómetros de distancia, no podemos olvidar otra ventaja de la propagación remota del trabajo: las comunidades locales se revitalizan y las áreas que corrieron el riesgo de permanecer despobladas se repueblan, por el bien de todos.
A medida que nuestra perspectiva sobre el trabajo en una oficina fija cambia y las organizaciones integran políticas flexibles y abandonan el condicionamiento geográfico de la contratación, la idea de trabajar desde cualquier lugar se está volviendo cada vez más real. Si antes solo nos atrevíamos a soñar con una vida así, ahora tenemos cada vez más ejemplos reales a nuestro alrededor. ¿A ti dónde te gustaría vivir? ¿Qué supondría para ti que pudieras mantener el mismo puesto de trabajo pero en otro lugar y estilo de vida?
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