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Cómo lograr tus objetivos para el nuevo año

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Se acerca fin de año y muchos ya están llenando sus listas con propósitos y experiencias para los próximos 12 meses. Al mismo tiempo, toca hacer reflexión del año que cerramos. 

Terminamos el año, como cualquier ciclo, evaluando las lecciones aprendidas, los retos superados… y también los objetivos por cumplir. Muchos se convertirán en propósitos para el año nuevo. Yo misma he caído en este patrón en el pasado, pero este año he decidido cambiar mi enfoque y no esperar hasta diciembre para evaluar mis objetivos. 

Y es que parar y reflexionar sobre los objetivos marcados no tiene nada que ver con la fecha que marca el calendario, y mucho con nuestro nivel de compromiso con nuestros objetivos. 

Reflexionamos para descubrir si nos seguimos identificando con ellos, para tomar perspectiva sobre lo realistas que son y para darnos cuenta de que no pasa nada por seguir en la misma casilla de salida en la que estábamos al principio.

Mi propuesta es esta: ¿Por qué no aprovechamos este tiempo de reflexión—antes de ser bombardeados a mensajes navideños y turrón—para preparar el terreno del nuevo año?

Para empezar, piensa en todo lo que te propusiste hacer en 2021, y medita sobre aquello que se ha ido quedando por el camino. ¿Hay algo que puedas conseguir de aquí a final de año? Y lo que es más importante, ¿siguen siendo todas relevantes para ti?

Lejos de empujarte a una San Silvestre para cumplir tus propósitos antes de las uvas, quiero que te sientes y anotes todos esos objetivos en un papel y te hagas las siguientes preguntas:

  • ¿Qué ha salido como había planeado?
  • ¿Qué no ha funcionado y cuáles han sido los motivos?
  • ¿Qué puedo lograr (realísticamente) en el tiempo que me queda?
  • ¿Cómo puedo asegurarme objetivos más realistas el próximo año?

Y es que no faltan estudios que demuestren que los objetivos que nos marcamos suelen ser poco (o nada) realistas, lo que nos lleva a la frustración de no cumplir con nuestras expectativas.

En vez de tratar de identificar el motivo específico que te ha impedido conseguirlo, te recomendamos que mantengas una perspectiva global. Aquí te damos algunas ideas de motivos que seguro te ayudarán a mantener una visión honesta, sin entrar en la autoflagelación o autocompasión:

  1. Me imaginaba que el objetivo era más fácil de lograr de lo que realmente es.
  2. No he podido superar un miedo o no he tenido la suficiente confianza en mis capacidades.
  3. Buscaba un ideal de vida que no existe. Este caso lo vemos cada vez más debido a las redes sociales, en las que se comparten sólo las cosas buenas, lo cuál crea expectativas poco realistas, deseando una vida que es mentira.
  4. No he planificado mejor cómo llegar al objetivo.
  5. Me he rodeado de la gente equivocada, que me ha desviado en mi camino al objetivo.
  6. El contexto económico global ha sido difícil en la recuperación post-pandemia.
  7. Estaba cansado y he dedicado este año a recuperarme.
  8. Me he fijado demasiados objetivos y no me he centrado en una dirección clara.
  9. No he buscado o aceptado ayuda cuando la necesitaba.
  10. Me ha faltado resolución para lograr el objetivo, y no he hecho los sacrificios necesarios.

Finalmente decirte que éstas, lejos de ser excusas, son una manera rápida y práctica de poner nombre al problema. Así, cuando te enfrentes al nuevo año con tu lista de propósitos en mano, ya sabrás identificar los potenciales obstáculos que te encontrarás en el camino, y podrás focalizar toda tu atención a superarlos para poder lograr tus objetivos.

Cierra el año apreciando todo lo conseguido y pon nombre a los verdaderos motivos por los que algunas se quedaron por el camino. Así podrás retomarlas con energía en el nuevo año.

Cuéntanos, ¿cuáles son tus objetivos para este año?

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